
El poder del copywriting para una comunicación efectiva
22 de mayo de 2024Vuelvo a este espacio.
¿Por cuánto tiempo?
Sólo Dios sabe (LOL).
Leí por ahí que, cuando pesa la ansiedad, puede haber un desequilibrio entre nuestro consumo de contenidos y la creación de los mismos (o de cualquier otra cosa). Es decir: muchas veces nos sentimos ansiosas o abrumadas de tanto ver, ver, ver, y necesitamos bajar esa ansiedad creando, produciendo o inventando algo por nuestra cuenta.
So, aquí estoy. Escribiendo porque sí.
¿SEO? Si te he visto, no me acuerdo. Solo quiero descargarme durante un par de líneas.
Sé que la escritura es una gran manera de bajar a tierra todos esos pajaritos que dan vueltas por la cabeza: por lo general desordenados, haciendo mucho ruido y llenando todo de caos. Sin embargo, muchas veces la dejo de lado porque esos mismos pajaritos también me dicen: “Eso que estás por decir no va a ser lo suficientemente bueno”; “¿Estás segura de que vas a publicar algo que escribiste en el mismo día sin revisarlo tanto?”; “Mejor dejalo que macere dos o treinta meses, que seguro podés hacerlo 678129012 veces mejor”... Y ahí se quedan mis ideas, en silencio, a medias. Como cuando tomás aire para decir algo, alguien te interrumpe y, finalmente, te quedás sin hablar.
A continuación, listaré los pajaritos caóticos tal como surjan hoy (en lo que respecta a mi negocio y marca personal):
– “Podría comprarme un micrófono cute”.
– “¿Y si le pido a alguien que me ayude a grabar videos?”
– “Tengo que confirmar si voy a hacer ADS antes de que venza el presupuesto”.
– “Volver al blog, ¿durante cuánto tiempo? Seguro me canso”.
– “Me gustaría mejorar mi proceso de ventas y dejar de ser tan tibia”.
– “¡El evento! ¿Cuándo era? Tengo que comprar la entrada”.
– “Qué loco cuando todo depende de una”.
– “Podría delegar algunas cosas, pero más adelante”.
– “Mantener vivo mi Instagram es todo un desafío”.
– “Hay un bloqueo que aún no veo con claridad”.
– “Tengo pendiente el club de freelancers”.
– “Ya es muy septiembre”.
– “¿Y qué?”